Como ya va siendo tradicional, el viaje -destino Worthing- tuvo lugar la última semana de junio (entre los días 23 y 30). En esta ocasión he compartido la experiencia con 39 estudiantes y 2 profesores y debo reconocer que, sin duda, ha sido el viaje más tranquilo y sin contratiempos de todos los que he vivido. Es un hecho que conocer las ciudades a visitar (Worthing, Brighton, Portsmouth, Londres), los medios de transporte (trenes que van en una u otra dirección en función del vagón en el que te encuentres, estaciones cortas en las que sólo te puedes bajar si estás en los cuatro primeros vagones, ...), las costumbres (el mítico packed lunch y las patatas de distintos sabores, los horarios, las colas británicas, ...), incluso el cuarto en el que me ha tocado dormir (y las míticas ensaladas de los Scott), facilita las cosas pero es que, además en esta ocasión, no ha habido problemas médicos, ni especiales problemas de convivencia, tanto los estudiantes como los medios de transporte han sido exquisitos en cuanto a su puntualidad y no podría haber viajado con profesores más implicados.
El Viaje, que además tiene lugar cuando han finalizado las evaluaciones finales y los estudiantes ya están relajados, supone una convivencia muy distinta a la que se comparte diariamente en el instituto. Las largas caminatas y, sobre todo, los viajes en tren fueron magníficas oportunidades para conversar, preguntar, escuchar, descubrir el uso que hacen del vocabulario (pillar, entrar, meter fichas, ...) y también para aprender de los mejores maestros sobre el uso de Instagram, la red social que, por lo que he vivido durante el viaje, es la que más utilizan. Crear y publicar historias, editar las imágenes -añadiendo texto, calendario, iconos-, incluir direcciones de usuarios, ... fueron algunas de las cosas que pude aprender durante la semana. Ahora se trata de ponerlo en práctica.
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