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Especialmente llamativa me resultó la parte de la charla en la que Bonnie Cramond habló sobre cómo nosotros, docentes, podemos reconocer la creatividad en nuestro alumnado; incluso cuando, aparentemente, está escondida tras comportamientos, en principio, negativos o disruptivos. ¿O es esa la forma en la que los docentes nos hemos acostumbrado a interpretar determinados comportamientos?
En esta tabla, la profesora Cramond compara un mismo comportamiento visto con dos ópticas completamente opuestas (positively or negativily)
Imagino que a cualquier docente con una mínima sensibilidad esta tabla comparativa le resultará, cuanto menos, un poco desconcertante. ¿Cuántos tratamientos de hiperactividad o de déficit de atención podrían evitarse simplemente cambiando el enfoque? ¿Es hiperactivo/a o es que tiene mucha energía acumulada?, ¿espontáne@ o impulsiv@?, ¿persistente o cabezota?
Y esta reflexión me lleva a recordar una frase que me gusta especialmente y que suelo repetir en mis clases: "lo que creo, lo creo"; así que, ten cuidado con lo que crees porque puedes llegar a crearlo.
Y no olvides que las mentes, como los osos, crecen y pueden acostumbrarse a los espacios pequeños (Minds, like bears, grow accustomed to narrow spaces. Let's not confine the cubs! From The parable of the sad bear, an allegory on the school experience of a creative child)
En este enlace puedes acceder a la presentación (en formato pdf)
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