lunes, 20 de junio de 2016

Hasta siempre

El pasado viernes tuve la oportunidad de participar en un acto de júbilo por un docente que, después de una larga trayectoria profesional, ha decidido apartarse de las aulas y de los cargos de gestión para empezar una nueva etapa en su proyecto vital. Durante el acto se habló del ciclo de la vida, de la superposición de círculos concéntricos y de cómo, sin apenas darnos cuenta, vamos pasando de uno a otro. Porque es cierto que, como bien se apuntó, ellos -los alumnos- siempre tienen la misma edad y somos nosotros -los docentes- los que, sin darnos cuenta, tenemos un año más: lo que, en mi caso, se traduce por más experiencia, más formación, la misma alegría e ilusión pero también más canas y, tal vez, menos energía.
No fue fácil dejar la seguridad del IES Selgas y no fue fácil incorporarme al IES Emilio Alarcos. Corría el año 2010 y pasaba de un centro en el que todos me conocían -y yo conocía a todo el mundo- a unos pasillos en los que nadie -y digo bien, nadie- me conocía (recuerdo perfectamente la sensación de caminar por los pasillos y de no conocer -reconocer- ninguna de las caras que salían a mi paso).
Como cada año, y sin que yo fuese especialmente consciente, aquel septiembre de 2010 una nueva promoción de alumnos se incorporaba al IES Emilio Alarcos en 1º ESO; una más, una de muchas; más de 100 niños y niñas de 11/12 años llenos de miedos y de ilusiones, los mismos miedos e ilusiones que, sin ellos saberlo, yo cargaba en mi mochila.
Durante seis años les he visto crecer (en mis clases, en los viajes, en los pasillos, ...), les he visto madurar, temblar, reír y llorar, les he visto enamorarse, besarse, enfadarse y volver a amigarse y, sobre todo, les he visto crecer como grupo, como colectivo.

Evidentemente, no están tod@s los que son

Siempre hay alumnos especiales, de esos con los que, por la razón que sea, sientes una cierta afinidad, lo que es realmente difícil es encontrar una promoción especial. En toda mi carrera yo sólo me he encontrado dos y ésta que acaba de finalizar sus estudios en el IES Emilio Alarcos, a la que ahora toca volar, probar las alas y surcar nuevos cielos, es una de ellas.
20 años como profesor suponen 20 años de encuentros pero también de despedidas. Para vosotros es un paso más, un cambio de ciclo en ese círculo de la vida, un salto al siguiente anillo concéntrico. Para mí, esta despedida supone un pequeño vacío que, lo creáis o no, resulta imposible de llenar -por muchas promociones de niños y niñas de 11/12 años llenos de miedos e ilusiones que llenen nuestros pasillos-.



Gracias por dejarme compartir estos años, gracias por vuestras sonrisas y por vuestros saludos afectuosos cada mañana.
Que la FUERZA os acompañe y ya sabéis dónde podéis encontrar a este "viejo" profesor para lo que podáis necesitar.
Os echaré de menos por los pasillos.
FRAN.

2 comentarios:

  1. Touching! Thank you so much, Fran.
    Carmen B.

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  2. Te queremos,Fran!
    Me ha emocionado el artículo y el cariño que se ve que nos tienes. Para nosotros siempre has sido un profe especial a lo largo de estos seis años.
    Te echaré de menos.

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