Se ha tratado de un encuentro didáctico bastante teórico y orientado hacia la reflexión. No ha habido, como en otros, un gran despliegue de aplicaciones y, a falta de grupo en Facebook o de un hashtag en Twitter, la relación entre los participantes se ha limitado a las siempre complejas y poco visuales intervenciones en los foros del propio encuentro, una actividad en Tricider y un tablero de Padlet.
Poca relación, poco trabajo en grupo, pero gran cantidad de recursos (artículos, vídeos, enlaces interesantes...) y mucho en qué pensar en lo que se refiere al futuro del arte y de la cultura, en general.
Gran parte de los contenidos del encuentro estaban orientados hacia los museos como espacios vivos, contenedores de arte, y su futuro. Pero para mí no ha resultado difícil extrapolar y llevar esos contenidos, todos esos comentarios, al terreno de la música y, más concretamente, al de la música sinfónica.
Es cierto, los museos, las orquestas, tienen una obligación con el pasado, con eso que llamamos la herencia cultural, la tradición
to invent the future we must understand the past (Sarah Kenderdine)pero no es suficiente con reproducirla una y otra vez, debe ser reinventada y redescubierta por cada generación.
¿Cómo podemos traer a la vida esa tradición?, ¿cómo podemos integrar la tecnología en ese proceso?, ¿hay un futuro para las orquestas, para los museos?, ¿es posible que el mundo virtual pueda llegar a sustituir la experiencia real de visitar un museo o asistir a un concierto?
Si en algo están de acuerdo los expertos es en el hecho de que estas instituciones culturales deben posibilitar experiencias únicas, profundas e inolvidables; es decir, deben crearnos las ganas de repetir, de volver a experimentar esas vivencias, esas sensaciones. ¿Cómo hacerlo? Creando nuevos vínculos con el público, acordes a nuestro tiempo.
it's about creating new narratives of engagement (Sarah Kenderline)Hay instituciones que ya lo están haciendo, están abriendo sus puertas, están estudiando y experimentando la manera de acercar al público a esa herencia cultural de una forma diferente. Este encuentro didáctico me ha permitido conocer, por ejemplo, estas experiencias englobadas en el Google Cultural Institute:
El Museo del Violino Antonio Stradivari permite acceder a una visita virtual a parte de sus instalaciones o también a exposiciones tan apasionantes como a la que puedes acceder pinchando sobre la imagen (permite ver y escuchar algunos de los violines de su colección)
La Berliner Philharmoniker, dirigida por Simon Rattle, abre sus puertas en este vídeo a uno de sus ensayos
El Teatro Real de Madrid se muestra en todo su esplendor a través de esta exposición virtual
¿Es posible que estos contenidos, estas presentaciones tan visuales y atractivas de la cultura nos acerquen más a nuestra herencia cultural y a estas instituciones? En mi opinión, no hay duda de que el futuro pasa por desarrollar estas estrategias de aproximarnos a la cultura de una manera diferente, acorde con el mundo tecnológico en el que vivimos, y estoy convencido de que estas aproximaciones harán que nuestro alumnado experimente la tradición, la razón de ser de estas instituciones, de una manera mucho más próxima a sus vivencias. Cualquier institución alejada de esta realidad está abocada, a medio y largo plazo, al envejecimiento de su público y a su extinción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario