¿Te imaginas tener en tus manos la batuta que hace sonar a una gran orquesta sinfónica? ¿te imaginas decidir el tempo de la obra -en función del movimiento de tu mano- o escuchar un fragmento de Beethoven o Mendelssohn eliminando alguna de las secciones de la orquesta?
No es imaginación, es una realidad:
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