sábado, 4 de marzo de 2017

Gracias

Cuando, hace más de 20 años, el destino me llevó a convertirme en Profesor, tuve que dejar de lado otras oportunidades, otras puertas que se abrían ante mí. Tras haber realizado mis cursos de doctorado y haber obtenido la suficiencia investigadora, el siguiente paso en el proceso era el de inscribir y realizar mi tesis doctoral (debo reconocer que la tesis está inscrita y que, de vez en cuando, me siguen asaltado los deseos de cerrar esta puerta, terminar este proceso que, en cierto sentido, siento como inconcluso).

Y digo todo esto porque, durante la tarde de ayer, he tenido la oportunidad de reencontrarme con el mundo de la Universidad, y lo he hecho a partir de la generosa invitación del doctorando -ya Doctor "cum laude"- José Ignacio Menéndez Santurio -Nacho- quien, en un siempre protocolario y, en cierto modo, festivo acto académico presentaba y defendía su tesis doctoral "Modelos pedagógicos de educación deportiva y responsabilidad personal y social. Una experiencia de innovación e inclusión a través del kickboxing educativo" en la Sala de Grados de la Facultad de Formación del Profesorado y de Educación.

Tuve la oportunidad de conocer a Nacho hace dos años cuando vino a nuestro instituto a llevar a cabo las 16 sesiones formativas que necesitaba para su investigación. Le vi trabajar durante las clases -y, como dice un buen amigo, "picar piedra" sobre el terreno-, le vi ganarse al alumnado de 4º de ESO (y aprenderse el nombre de cada uno de ellos); pude sentir cómo, cada día, transmitía y contagiaba su ilusión por el proyecto, y también hubo tiempo para compartir muchas charlas (sobre la marcha del proyecto, sobre el blog creado para su difusión, sobre la educación -en general- y, no podía faltar, sobre música).

Con el acto de ayer Nacho culminaba tres años intensos de trabajo (un trabajo meticuloso, callado y discreto que, según me enteré a través de los Doctores que formaban parte del tribunal, se ha convertido en un referente nacional e internacional); y lo hacía con emoción, acompañado de las personas que han sido y son importantes en su vida, agradeciendo personalmente el apoyo de cada una, y mostrando orgulloso los valores que, según reconoció, le han sido inculcados por su familia.

Con humildad y un poco de rubor, debo reconocer que resultó emocionante escuchar mi nombre entre los agradecimientos y, posteriormente, poder ver las fotos y los vídeos en los que, de una forma u otra, yo había participado.

Y, dicho esto, quiero aprovechar este post para citar algunas cosas que me llamaron la atención de mi reencuentro con el mundo universitario:

  • La calidad del diseño e impresión del producto final (que, según me entero a través de Facebook, corrió a cargo de Nacho Quesada - Graphic Designer). Otro ejemplo más del mimo con el que Nacho ha cuidado los detalles.
  • La profundidad y el detalle con el que dos de los Doctores que formaban parte del tribunal analizaron y disertaron sobre el trabajo presentado (hecho que, en cierto modo, me reconforta y me hace seguir creyendo en el sistema y en la profesionalidad de los docentes universitarios).
  • El hecho de que varios de los doctores insistieran en la necesidad de que las facultades de educación se abran a los centros educativos de primaria y secundaria, y viceversa (afirmación en la que coincido plenamente).
  • El cartel que me encontré en el hall de entrada a la Sala de Grados. Como bien dijo uno de los miembros del tribunal, "es de bien nacido el ser agradecido y Nacho ha dedicado dos páginas de su tesis a los agradecimientos".

Gracias, Nacho, por dar las gracias y por invitarme a compartir este momento tan especial en tu vida. Estoy seguro de que, en breve, iniciarás una brillante carrera como docente y serás capaz de transmitir tus conocimientos y tu pasión por la enseñanza. Nuestra profesión necesita personas como tú.


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