Nobody is perfect, do you want to be nobody?
Hace tiempo escuché esta frase en un curso y me quedó grabada. Hoy, escuchando las noticias, descubrí otra frase interesante:
Ever tried. Ever failed. No matter.
Try again. Fail again. Fail better.
Try again. Fail again. Fail better.
Este es el texto del tatuaje que Stanislas Wawrinka, el tenista que ganaba ayer el Masters de Montecarlo y que también ganó este año el Australian Open, luce en su brazo izquierdo (el texto original es del poeta irlandés Samuel Beckett).
Errar es humano y es parte del proceso de aprendizaje, pero nuestra sociedad -y me refiero, concretamente, a la sociedad española- parece no asumirlo. Nuestro alumnado aprende que errar es fracasar, y que errar en público es ponerse en ridículo, algo que hay que evitar a toda costa: "antes callar que contestar una tontería". Convercernos y convencerles de lo contrario resulta complicado y es parte de esa difícil tarea que es crear la atmósfera adecuada en el aula. Tal vez el tatuaje de este ídolo deportivo pueda ser una buena excusa para volver a incidir en que, posiblemente, la "tontería" de hoy sea entendida como una genialidad mañana.